La Liga Iberoamericana de Organizaciones de la Sociedad Civil repudia enérgicamente el ataque a las instituciones democráticamente electas (Poder Legislativo y Poder Ejecutivo) y del Estado de Derecho (Poder Judicial) en Brasil, perpetrado el domingo 8 de enero, por algunos seguidores de expresidente Jair Bolsonaro, quienes invadieron los edificios donde funcionan los poderes democráticos, además de la violencia que han utilizado y la destrucción de propiedad pública, incluso obras de arte y valor inestimable.
No está aun comprobado si las fuerzas del orden han realizado algún tipo de intervención, pero asombra que hordas descontroladas pudieran moverse entre las sedes de los poderes democráticos sin encontrar una real resistencia de parte de la policía y demás servicios de seguridad.
La gravedad de estos hechos es aún mayor considerando que han crecido en el mundo grupos y organizaciones políticas que desvalorizan la democracia y los derechos humanos. Es por esto que es necesario que el gobierno recién asumido del Presidente Ignacio Lula da Silva, las organizaciones políticas que los respaldan y la sociedad civil democrática brasileña reaccionen pronta y decididamente para detener estos intentos de alterar el normal funcionamiento de las instituciones democráticas en Brasil. La promesa del nuevo gobierno de recuperar la vida digna y el respeto de los derechos humanos que caracterizaban los avances interrumpidos por el gobierno de Jair Bolsonaro debe colocarse como prioridad en este momento en que el mundo civilizado se encuentra amenazado en muchos lugares. Como organizaciones de la sociedad civil nos sentimos comprometidos con el camino de respeto a los derechos humanos que la sociedad civil planetaria impulsa en múltiples instancias.
Esperamos y estamos seguros que Brasil, su gobierno recién asumido y su pueblo sabrán responder a este desafío y seguiremos compartiendo los múltiples espacios en que nuestras luchas y anhelos de un mundo mejor se encuentran, se llenan de solidaridad y abren el camino de la esperanza.
Además, es con recobrada esperanza que asistimos a la cooperación entre los Poderes Legislativo, Ejecutivo e Judicial en respuesta al ataque que han sufrido. De hecho, independientemente de las preferencias políticas y partidarias, estos han demostrado cohesión a la hora de defender la democracia y el Estado de Derecho en Brasil. Esta es la actitud estadista que se espera pueda seguir y ser profundizada de modo a que el País pueda enfrentarse a los retos políticos, sociales, económicos, y medioambientales.
Con toda nuestra solidaridad
Liga Iberoamericana de Organizaciones de la Sociedad Civil
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